El futuro del trabajo remoto podría estar en casa, en la oficina o en cualquier otro lugar. Ya nos estábamos acercando a este futuro, y ahora, estamos completamente inmersos en él. Las estadísticas hablan por sí solas: antes de la pandemia del coronavirus, solo el 14% de los líderes creían que su empresa podía respaldar el trabajo virtual. Ahora, esa cifra es del 42%.
Pero la mayoría de las empresas aún no pueden admitir por completo el trabajo remoto. Esta es una realidad que los pondrá en desventaja en un mercado laboral apretado, donde el talento más competitivo exigirá flexibilidad. Entonces, ¿Cómo rehacer los procesos de trabajo que se perfeccionaron durante décadas de trabajo presencial?
Los beneficios de la oficina invisible son claros: las empresas pueden operar con más agilidad, convertirse en un destino atractivo para los mejores talentos y fomentar una mejor experiencia para los empleados. Los empleados pueden reducir los viajes diarios que consumen mucho tiempo, al tiempo que introducen más flexibilidad en su vida laboral y familiar.
Los desafíos también son claros: los flujos de trabajo y los procesos creados durante décadas y basados en las normas tradicionales de la oficina en persona son difíciles de reconstruir desde cero. Pero ahora, con un liderazgo sólido y una cultura empresarial bien establecida, las organizaciones pueden lograr el éxito.
Ahora que la mayoría de nosotros ha experimentado el trabajo remoto por necesidad inducida por una pandemia, ya no vemos el trabajo distribuido con el mismo grado de escepticismo. Pero solo porque el futuro del trabajo remoto es flexible y virtual no significa que será fácil.
Por un lado, los cambios físicos en nuestro entorno de trabajo no afectarán a todas las empresas ni a todos los trabajadores de la misma manera. Para la mayoría de los trabajadores, el nuevo entorno de trabajo no será simplemente un cambio de la oficina a la oficina en casa.
Y aunque el trabajo virtual no estará disponible para todos, especialmente los trabajadores de primera línea, los asociados minoristas y los proveedores de atención médica, cada vez más empresas permitirán flexibilidad para quienes puedan hacerlo. La respuesta no será la misma para dos empresas y probablemente no será la misma para dos equipos dentro de una sola empresa. Esta es una ambigüedad con la que tendremos que sentirnos cómodos para aprovechar los beneficios de un lugar de trabajo en evolución.
Esto significará rediseñar y reconstruir los espacios físicos de oficinas para adaptarse a los diferentes tipos de trabajo para los que se utilizarán. También significa cambiar la mentalidad de arriba hacia abajo y los procesos de abajo hacia arriba.
Para que todo esto funcione, necesitaremos una cultura que haga que la tecnología funcione para nosotros. En nuestra vida hogareña, nos integramos a la perfección con la tecnología. Podemos controlar todo, desde nuestro aire acondicionado hasta nuestra música y nuestras luces con solo tocar un botón en nuestros teléfonos.
¿Con qué frecuencia siente ese tipo de control en el lugar de trabajo? En un mundo profesional donde la tecnología es lo único que nos une a los demás a través de equipos y zonas horarias, también debe parecer una herramienta que nos conoce, nos permite hacer nuestro mejor trabajo y no crea fricciones.
La tecnología ha hecho posible colaborar a través de zonas horarias y hacer que la información fluya rápidamente entre los compañeros de equipo. Pero la buena tecnología no es suficiente para ayudarnos a evolucionar con éxito desde el paradigma completamente en persona.
Además, el término “empleado remoto” probablemente se reformulará en los próximos años. Implica distancia, pero en realidad, los equipos pueden ser tan cercanos y eficientes como siempre con el uso adecuado de la tecnología, informados por valores de equipo cuidadosamente elaborados y explícitamente establecidos.
Las empresas que buscan aprovechar al máximo esta cultura de trabajo post pandémica desarrollarán sistemas y una cultura que rompa los silos y garantice una colaboración fluida entre los departamentos. Construirán fuertes lazos no solo con equipos pequeños, sino con la empresa en general. Incorporarán nuevos empleados donde sea que estén y los harán sentir realmente como si estuvieran conectados con su nueva empresa.
El espacio de trabajo del futuro no es simplemente remoto. Más bien, se distribuye a través de redes más amplias, de las cuales forman parte las configuraciones de trabajo desde el hogar y las oficinas. Como empresas, no nos definen los edificios. Nos definen personas comprometidas, estén donde estén.
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